martes, 4 de marzo de 2014

1° Lectura Mateo 10:1-25


Institución de los Doce
Mc. 3. 13-19 Lc. 6. 13-16; 9. 1

10 1 Jesús convocó a sus doce discípulos y les dio el poder de expulsar a los espíritus impuros y de curar cualquier enfermedad o dolencia.

2 Los nombres de los doce Apóstoles son: en primer lugar, Simón, de sobrenombre Pedro, y su hermano Andrés; luego, Santiago, hijo de Zebedeo, y su hermano Juan; 3 Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo, el publicano; Santiago, hijo de Alfeo, y Tadeo; 4 Simón, el Cananeo, y Judas Iscariote, el mismo que lo entregó.

Misión de los Doce
Mc. 6. 7-11 Lc. 9. 2-5

5 A estos Doce, Jesús los envió con las siguientes instrucciones: "No vayan a regiones paganas, ni entren en ninguna ciudad de los samaritanos. 

6 Vayan, en cambio, a las ovejas perdidas del pueblo de Israel. 

7 Por el camino, proclamen que el Reino de los Cielos está cerca.

8 Curen a los enfermos, resuciten a los muertos, purifiquen a los leprosos, expulsen a los demonios. Ustedes han recibido gratuitamente, den también gratuitamente.

9 No lleven encima oro ni plata, ni monedas, 10 ni provisiones para el camino, ni dos túnicas, ni calzado, ni bastón; porque el que trabaja merece su sustento.

11 Cuando entren en una ciudad o en un pueblo, busquen a alguna persona respetable y permanezcan en su casa hasta el momento de partir. 

12 Al entrar en la casa, salúdenla invocando la paz sobre ella. 

13 Si esa casa lo merece, que la paz descienda sobre ella; pero si es indigna, que esa paz vuelva a ustedes. 

14 Y si no los reciben ni quieren escuchar sus palabras, al irse de esa casa o de esa ciudad, sacudan hasta el polvo de sus pies.

15 Les aseguro que, en el día del Juicio, Sodoma y Gomorra serán tratadas menos rigurosamente que esa ciudad.

La persecución a los Apóstoles
Mc. 13. 9-13 Lc. 21. 12-19; 12. 11-12

16 Yo los envío como a ovejas en medio de lobos: sean entonces astutos como serpientes y sencillos como palomas.

17 Cuídense de los hombres, porque los entregarán a los tribunales y los azotarán en sus sinagogas. 

18 A causa de mí, serán llevados ante gobernadores y reyes, para dar testimonio delante de ellos y de los paganos.

19 Cuando los entreguen, no se preocupen de cómo van a hablar o qué van a decir: lo que deban decir se les dará a conocer en ese momento, 
20 porque no serán ustedes los que hablarán, sino que el Espíritu de su Padre hablará en ustedes.

21 El hermano entregará a su hermano para que sea condenado a muerte, y el padre a su hijo; los hijos se rebelarán contra sus padres y los harán morir. 

22 Ustedes serán odiados por todos a causa de mi Nombre, pero aquel que persevere hasta el fin se salvará. 

23 Cuando los persigan en una ciudad, huyan a otra, y si los persiguen en esta, huyan a una tercera. Les aseguro que no acabarán de recorrer las ciudades de Israel, antes de que llegue el Hijo del hombre.

La valentía de los Apóstoles
Lc. 6. 40 Jn. 13. 16; 15. 20 Mc. 4. 22 Lc. 8. 17; 12. 2-7 Mc. 8. 38 Lc. 9. 26; 12. 8-9

24 El discípulo no es más que el maestro ni el servidor más que su dueño. 

25 Al discípulo le basta ser como su maestro y al servidor como su dueño. Si al dueño de casa lo llamaron Belzebul, ¡cuánto más a los de su casa! 

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