domingo, 13 de julio de 2014

4° Lectura. 2° Macabeos 12:32-45

Pasada la fiesta llamada de Pentecostés, se dirigieron contra Gorgias, gobernador de Idumea. 33 Este salió a atacarlos con tres mil soldados y cuatrocientos jinetes, 34 y cayeron en el combate algunos judíos. 35 Un tal Dositeo, valeroso jinete de las tropas de Bacenor, se apoderó de Gorgias y, tirándole de la capa, lo arrastraba con fuerza a fin de capturar vivo a aquel infame. Pero un jinete tracio se abalanzó sobre Dositeo y lo hirió por la espalda, y así Gorgias pudo huir hacia Marisa. 36 Como los hombres de Esdrín estaban extenuados por haber combatido durante mucho tiempo, Judas rogó al Señor que se manifestara como su aliado y su guía en el combate. 37 Y entonando en la lengua de sus padres un himno de guerra, cayó sorpresivamente sobre los hombres de Gorgias y los derrotó. 38 Luego Judas reunió al ejército y se dirigió hacia la ciudad de Odolam. Como estaba ya próximo el séptimo día de la semana, se purificaron con los ritos de costumbre y celebraron el sábado en aquel lugar. 39 Los hombres de Judas fueron al día siguiente –dado que el tiempo urgía– a recoger los cadáveres de los caídos para sepultarlos con sus parientes, en los sepulcros familiares. 40 Entonces encontraron debajo de las túnicas de cada uno de los muertos objetos consagrados a los ídolos de Iamnia, que la Ley prohíbe tener a los judíos. Así se puso en evidencia para todos que esa era la causa por la que habían caído. 41 Todos bendijeron el proceder del Señor, el justo Juez, que pone de manifiesto las cosas ocultas, 42 e hicieron rogativas pidiendo que el pecado cometido quedara completamente borrado. El noble Judas exhortó a la multitud a que se abstuvieran del pecado, ya que ellos habían visto con sus propios ojos lo que había sucedido a los caídos en el combate a causa de su pecado. 43 Y después de haber recolectado entre sus hombres unas dos mil dracmas, las envió a Jerusalén para que se ofreciera un sacrificio por el pecado. El realizó este hermoso y noble gesto con el pensamiento puesto en la resurrección, 44 porque si no hubiera esperado que los caídos en la batalla iban a resucitar, habría sido inútil y superfluo orar por los difuntos. 45 Además, él tenía presente la magnífica recompensa que está reservada a los que mueren piadosamente, y este es un pensamiento santo y piadoso. Por eso, mandó ofrecer el sacrificio de expiación por los muertos, para que fueran librados de sus pecados.

3° Lectura. Joel 2:1-11

Capítulo 2
¡Toquen la trompeta en Sión, hagan sonar la alarma en mi Montaña santa! ¡Tiemblen todos los habitantes del país, porque llega el Día del Señor, porque está cerca! 2 ¡Día de tinieblas y oscuridad, día nublado y de sombríos nubarrones! Como la aurora que se extiende sobre las montañas, avanza un pueblo numeroso y fuerte como no los hubo jamás, ni lo habrá después de él, hasta en las generaciones más lejanas. 3 Delante de él, el fuego devora, detrás de él, la llama consume. El país es como un jardín de Edén delante de él, detrás de él, un desierto desolado. ¡Nada se le escapa! 4 Su aspecto es como el de los caballos, se abalanzan como corceles: 5 como un estrépito de carros de guerra que saltan sobre la cima de los montes; como el crepitar de la llama ardiente que devora la hojarasca; como un pueblo fuerte en orden de batalla. 6 Ante él, los pueblos se estremecen, se crispan todos los rostros. 7 Se abalanzan como valientes, como guerreros escalan las murallas. Cada uno avanza hacia adelante y no se entrecruzan sus caminos. 8 No se atropellan entre sí, cada uno va por su línea; arremeten en medio de las flechas, sin romper la formación. 9 Se precipitan sobre la ciudad, se abalanzan sobre las murallas, suben a las casas, entran por las ventanas como el ladrón. 10 ¡Ante él, la tierra tiembla, los cielos se conmueven, el sol y la luna se ensombrecen, las estrellas pierden su brillo! 11 El Señor hace oír su voz al frente de sus tropas: ¡qué numerosos son sus batallones, que poderoso el que ejecuta su palabra! Porque el Día del Señor es grande y terrible: ¿quién podrá soportarlo?

2° Lectura 1° Reyes 14

Capítulo 14
Predicción de la ruina de Jeroboam
En aquel tiempo, cayó enfermo Abías, hijo de Jeroboam. 2 Entonces este dijo a su esposa: «Disfrázate para que nadie sepa que eres la mujer de Jeroboam, y ve a Silo. Allí habita Ajías, el profeta que predijo que yo reinaría sobre este pueblo. 3 Toma contigo diez panes, unas tortas y un tarro de miel, y ve a su casa: él te va a anunciar que le sucederá a nuestro hijo». 4 Así lo hizo la mujer de Jeroboam: partió hacia Silo y entró en la casa de Ajías. Este ya no podía ver, porque había perdido la vista a causa de su vejez. 5 Pero el Señor le había dicho: «Mira que la mujer de Jeroboam viene a consultarte acerca de su hijo, porque está enfermo. Tú le dirás esto y esto. Cuando ella entre, se hará pasar por otra». 6 Apenas oyó el ruido de los pasos de la mujer, mientras ella entraba por la puerta, Ajías dijo: «Entra, mujer de Jeroboam. ¿Por qué te haces pasar por otra? Yo he sido enviado para hablarte duramente. 7 Ve y dile a Jeroboam: Así habla el Señor, el Dios de Israel: Yo te elevé de en medio del pueblo y le constituí jefe de mi pueblo Israel. 8 Arranqué la realeza a la casa de David para dártela a ti. Pero tú no has sido como mi servidor David, que observó mis mandamientos y me siguió de todo corazón, haciendo únicamente lo que es recto a mis ojos. 9 Tú, en cambio, has obrado peor que todos tus predecesores; has ido a fabricarte otros dioses, ídolos de metal fundido, para provocar mi indignación, y me has arrojado a tus espaldas. 10 Por eso, yo voy a atraer la desgracia sobre la casa de Jeroboam: extirparé a la familia de Jeroboam todos los varones, esclavos o libres en Israel, y barreré hasta los últimos restos de su casa, como se barre el estiércol, bien a fondo. 11 Al de la familia de Jeroboam que muera en la ciudad, lo comerán los perros, y al que muera en descampado, lo comerán las aves del cielo, porque ha hablado el Señor. 12 En cuanto a ti, vete ahora mismo a tu casa: apenas pongas tus pies en la ciudad, el niño morirá. 13 Todo Israel se lamentará por él, y le darán sepultura: él es el único en la familia de Jeroboam que entrará en una tumba, porque sólo en él se ha encontrado algo bueno para el Señor, el Dios de Israel, en la casa de Jeroboam. 14 El Señor suscitará para Israel un rey que habrá de extirpar la casa de Jeroboam. 15 El Señor golpeará a Israel, y este se agitará como el junco en las aguas. Arrancará a Israel de este hermoso suelo que dio a sus padres, y los dispersará al otro lado del Río, porque erigieron sus postes sagrados, provocando así la indignación del Señor. 16 El entregará a Israel por los pecados que cometió Jeroboam y por los que hizo cometer a Israel». 17 La mujer de Jeroboam partió y se fue a Tirsá. Y cuando franqueaba el umbral de su casa, murió el niño. 18 Lo sepultaron, y todo Israel se lamentó por él, conforme a la palabra que había dicho el Señor, por medio de su servidor, el profeta Ajías. 19 El resto de los hechos de Jeroboam, sus batallas y su reinado, todo eso está escrito en el libro de los Anales de los reyes de Israel. 20 Jeroboam reinó durante veintidós años, y se fue a descansar con sus padres. Su hijo Nadab reinó en lugar de él El reinado de Roboam en Judá (933-916) 2 Cro 12.13 21 Roboam, hijo de Salomón, reinó en Judá, Tenía cuarenta y un años cuando comenzó a reinar, y reinó diecisiete años en Jerusalén, la ciudad que había elegido el Señor entre todas las tribus de Israel para poner allí su Nombre. Su madre se llamaba Naamá, la amonita. 22 Judá hizo lo que es malo a los ojos del Señor, provocando sus celos más que todos sus antepasados, con los pecados que cometieron. 23 También ellos se erigieron lugares altos, piedras conmemorativas y postes sagrados, en cualquier colina elevada y bajo todo árbol frondoso. 24 Incluso se llegó a tener en el país hombres dedicados a la prostitución sagrada. Así imitaron todas las costumbres abominables de las naciones que el Señor había desposeído delante de los israelitas. La invasión de Sisac, rey de Egipto 2 Cro 12.2-4.9-11 25 El quinto año del reinado de Roboam, subió contra Jerusalén Sisac, rey de Egipto, 26 y se apoderó de los tesoros de la Casa del Señor y de la casa del rey. Se apoderó de todo, incluso de los escudos de oro que había hecho Salomón. 27 En lugar de ellos, el rey Roboam hizo unos escudos de bronce, y se los confió a los jefes de los guardias que custodiaban el acceso a la casa del rey. 28 Cada vez que el rey iba a la Casa del Señor, los guardias los llevaban, y luego los volvían a dejar en la sala de guardia. Fin del reinado de Roboam 2 Cro 12.15-16 29 El resto de los hechos de Roboam y todo lo que él hizo, ¿no está escrito en el libro de los Anales de los reyes de Judá? 30 Entre Roboam y Jeroboam tuvo guerras continuas. 31 Roboam se fue a descansar con sus padres, y fue sepultado con ellos en la Ciudad de David. Su madre se llamaba Naamá, la amonita. Su hijo Abiam reinó en lugar de él.

1° Lectura. 1° Corintios 1:18-31

El mensaje de la cruz es una locura para los que se pierden, pero para los que se salvan –para nosotros– es fuerza de Dios. 19 Porque está escrito: "Destruiré la sabiduría de los sabios y rechazaré la ciencia de los inteligentes". 20 ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde el hombre culto? ¿Dónde el razonador sutil de este mundo? ¿Acaso Dios no ha demostrado que la sabiduría del mundo es una necedad? 21 En efecto, ya que el mundo, con su sabiduría, no reconoció a Dios en las obras que manifiestan su sabiduría, Dios quiso salvar a los que creen por la locura de la predicación. 22 Mientras los judíos piden milagros y los griegos van en busca de sabiduría, 23 nosotros, en cambio, predicamos a un Cristo crucificado, escándalo para los judíos y locura para los paganos, 24 pero fuerza y sabiduría de Dios para los que han sido llamados, tanto judíos como griegos. 25 Porque la locura de Dios es más sabia que la sabiduría de los hombres, y la debilidad de Dios es más fuerte que la fortaleza de los hombres. 26 Hermanos, tengan en cuenta quiénes son los que han sido llamados: no hay entre ustedes muchos sabios, hablando humanamente, ni son muchos los poderosos ni los nobles. 27 Al contrario, Dios eligió lo que el mundo tiene por necio, para confundir a los sabios; lo que el mundo tiene por débil, para confundir a los fuertes; 28 lo que es vil y despreciable y lo que no vale nada, para aniquilar a lo que vale. 29 Así, nadie podrá gloriarse delante de Dios. 30 Por él, ustedes están unidos a Cristo Jesús, que por disposición de Dios, se convirtió para nosotros en sabiduría y justicia, en santificación y redención, 31 a fin de que, como está escrito: "El que se gloría, que se gloríe en el Señor".