viernes, 1 de agosto de 2014

3° Lectura. Miqueas 3

Capítulo 3
D
espués dije: ¡Escuche, jefes de Jacob y magistrados de la casa de Israel! ¿No les corresponde a ustedes conocer el derecho,
2 a ustedes, que odian el bien y aman el mal, que arrancan la piel de la gente y la carne de encima de sus huesos?
3 Ellos devoran la carne de mi pueblo, le arrancan la piel, le quiebran los huesos, lo despedazan como carne que se echa en la olla, como carne dentro de la caldera.
4 Entonces clamarán al Señor, pero él no les responderá. El les ocultará su rostro en ese tiempo por las malas acciones que han cometido.
5 Así habla el Señor contra los profetas que extravían a mi pueblo: Cuando sus dientes tienen algo que morder, ellos gritan: «¡Paz!». Pero al que no les llena la boca, le declaran la guerra santa.
6 Por eso, ustedes tendrán noches sin visiones, y tinieblas en vez de presagios. El sol se ocultará para los profetas y el día se les oscurecerá.
7 Los videntes quedarán avergonzados y los adivinos serán confundidos. Todos se cubrirán la barba, porque no habrá respuesta de Dios.
8 Yo, en cambio, gracias al espíritu del Señor, estoy lleno de fuerza, de justicia y de coraje, para denunciar su rebeldía a Jacob y su pecado a Israel.
9 ¡Escuchen esto, jefes de la casa de Jacob y magistrados del pueblo de Israel, ustedes, que abominan la justicia y tergiversan el derecho,
10 que edifican con sangre a Sión y a Jerusalén con injusticia!
11 Sus jueces juzgan por regalos, sus sacerdotes instruyen por un sueldo, sus profetas adivinan por dinero, y todavía se apoyan en el Señor, diciendo: «¿No está el Señor en medio de nosotros? ¡No nos puede pasar nada malo!».
12 Por eso, a causa de ustedes, Sión será un campo arado, Jerusalén, un montón de ruinas, y la montaña del Templo, una altura boscosa.

2° Lectura. 2° Reyes 12-13

Capítulo 12
El reinado de Joás en Judá (835-796)
2 Cro 24.1-2
Joás tenía siete años cuando inició su reinado. 2 Comenzó a reinar en el séptimo año de Jehú, y reinó cuarenta años en Jerusalén. Su madre se llamaba Sibia, y era de Berseba. 3 Joás hizo lo que es recto a los ojos del Señor durante toda su vida, porque el sacerdote Iehoiadá lo había instruido. 4 Sin embargo, no desaparecieron los lugares altos: el pueblo seguía ofreciendo sacrificios y quemando incienso en los lugares altos. La restauración del Templo de Jerusalén 2 Cro 24.4-14 5 Joás dijo a los sacerdotes: «Todo el dinero que se aporte a la Casa del Señor como ofrenda consagrada –el dinero en moneda corriente, los aranceles personales según los recursos de cada uno, y todo el dinero que aporte cada uno a la Casa del Señor por propia voluntad – 6 lo recibirán los sacerdotes para sí mismos, cada uno de la gente que conoce, y tendrán que reparar las partes deterioradas de la Casa, allí donde sea necesario». 7 Pero el vigesimotercer año del rey Joás, los sacerdotes no habían reparado aún las partes deterioradas de la Casa. 8 Entonces el rey Joás llamó al sacerdote Iehoiadá y a los demás sacerdotes, y les dijo: «¿Por qué no reparan las partes deterioradas de la Casa? En adelante, ya no recibirán más dinero de la gente que conocen, sino que lo entregarán para reparar la Casa». 9 Los sacerdotes estuvieron de acuerdo en no recibir dinero del pueblo y en tener que reparar las partes deterioradas de la Casa. 10 Luego el sacerdote Iehoiadá tomó un cofre, le hizo una abertura en la tapa, y lo colocó al lado del altar, a la derecha de quien entra en la Casa del Señor. Y los sacerdotes guardianes del umbral depositaban allí todo el dinero que se aportaba para la Casa del Señor. 11 Cuando veían que había mucho dinero en el cofre, el secretario del rey subía con el sumo sacerdote a recoger y contar el dinero que se encontraba en la Casa del Señor. 12 Después de haberlo contado, ponían el dinero en manos de los que dirigían las obras, de los supervisores de la Casa del Señor, y ellos lo empleaban para pagar a los carpinteros y constructores que trabajaban en la Casa del Señor, 13 a los albañiles y a los talladores de piedras, y también para comprar la madera y las piedras talladas con que se reparaba la Casa del Señor. Así se cubrían todos los gastos necesarios para reparar la Casa. 14 Sin embargo, con el dinero que se aportaba para la Casa del Señor no se hacían fuentes de plata, ni cuchillos, ni aspersorios, ni trompetas, ni objetos de oro y plata, 15 sino que se lo entregaba a los que dirigían las obras, y ellos lo empleaban para reparar la Casa del Señor. 16 Y no se pedía cuenta a los hombres que recibían el dinero para pagar a los obreros, porque obraban a conciencia. 17 El dinero de los sacrificios de reparación y de los sacrificios por el pecado, no se lo destinaba a la Casa del Señor, sino que era para los sacerdotes. La invasión aramea y asesinato de Joás 2 Cro 24.23-27 18 Por ese entonces, Jazael, rey de Aram, subió a combatir contra Gat y se apoderó de ella. Luego Jazael se dispuso a subir contra Jerusalén. 19 Joás, rey de Judá, tomó todos los objetos que habían consagrado Josafat, Joram y Ocozías, sus padres, reyes de Judá, y los que él mismo había consagrado, así como también todo el oro que había en los tesoros de la Casa del Señor y de la casa del rey, y envió todo eso a Jazael, rey de Aram. Así este se alejó de Jerusalén. 20 El resto de los hechos de Joás y todo lo que él hizo, ¿no está escrito en el libro de los Anales de los reyes de Judá? 21 Sus servidores se sublevaron, urdieron una conspiración y asesinaron a Joás en Bet Miló, mientras él bajaba hacia Silá. 22 Iozacar, hijo de Simat, y Iehozabad, hijo de Somer, sus servidores, fueron los que lo hirieron de muerte. Lo sepultaron con sus padres en la Ciudad de David. Su hijo Amasías reinó en lugar de él.

Capítulo 13
El reinado de Joacaz en Israel (820-803)

El vigésimo tercer año de Joás, hijo de Ocozías, rey de Judá, comenzó a reinar sobre Israel, en Samaría, Joacaz, hijo de Jehú, y reinó diecisiete años. 2 El hizo lo que es malo a los ojos del Señor, y persistió en los pecados con que Jeroboam, hijo de Nebat, había hecho para pecar a Israel, sin apartarse de ellos. 3 La ira del Señor se encendió contra Israel, y lo entregó en manos de Jazael, rey de Aram, y de Ben Hadad, hijo de Jazael, todo aquel tiempo. 4 Joacaz aplacó al Señor, y el Señor lo escuchó, al ver cómo el rey de Aram oprimía a Israel. 5 Entonces el Señor dio a Israel un salvador, que lo liberó del dominio de Aram, y los israelitas vivieron tranquilos en sus carpas como antes. 6 Pero no se apartaron de los pecados con que Jeroboam había hecho pecar a Israel: persistieron en ellos, y aún el poste sagrado permaneció erigido en Samaría. 7 Por eso el Señor no lo dejó a Joacaz más que un ejército de cincuenta jinetes, diez carros de guerra y mil hombres de a pie. Porque el rey de Aram había hecho perecer a los demás, y los había reducido a polvo que se pisotea. 8 El resto de los hechos de Joacaz y todo lo que él hizo, todas sus hazañas, ¿no está escrito en el libro de los Anales de los reyes de Israel? 9 Joacaz se fue a descansar con sus padres, y lo sepultaron en Samaría. Su hijo Joás reinó en lugar de él. El reinado de Joás en Israel (803-787) 10 El trigésimo séptimo año de Joás, rey de Judá, comenzó a reinar sobre Israel, en Samaría, Joás, hijo de Joacaz, y reinó dieciséis años. 11 El hizo lo que es malo a los ojos del Señor; no se apartó de ninguno de los pecados con que Jeroboam, hijo de Nebat, había hecho pecar a Israel, y persistió en ellos. 12 El resto de los hechos de Joás y todo lo que él hizo, así como la valentía conque luchó contra Amasías, ¿no está escrito todo eso en el libro de los Anales de los reyes de Israel? 13 Joás se fue a descansar con sus padres, y Jeroboam se sentó en su trono. Joás fue sepultado en Samaría con los reyes de Israel. Último anuncio y muerte de Eliseo 14 Eliseo contrajo la enfermedad que lo llevaría a la muerte. Joás, rey de Israel, bajó a visitarlo y se echó llorando sobre su rostro, mientras decía: «¡Padre mío! ¡Padre mío! ¡Carro de Israel y su caballería!». 15 Eliseo le dijo: «Toma un arco y unas flechas». El tomó un arco y unas flechas, 16 y Eliseo dijo al rey de Israel: «Tiende el arco». El lo tendió; Eliseo puso sus manos sobre las manos del rey, 17 y dijo: «Abre la ventana que da hacia el este». El la abrió, y Eliseo dijo: «¡Tira!». Cuando el rey tiró, Eliseo dijo: «¡Flecha de victoria para el Señor! ¡Flecha de victoria contra Aram! Tú derrotarás a Aram en Afec hasta el exterminio». 18 Luego dijo Eliseo: «Toma las flechas». El las tomó, y Eliseo dijo al rey de Israel: «¡Lánzalas contra la tierra! El las lanzó tres veces y se detuvo. 19 El hombre de Dios se irritó contra él y le dijo: «Si hubieras golpeado cinco o seis veces, habrías derrotado a Aram hasta el exterminio; pero ahora, no derrotarás a Aram más que tres veces». 20 Eliseo murió y lo enterraron. Había unas bandas moabitas que todos los años incursionaban por el país. 21 Una vez, unos que estaban enterrando a un hombre, al divisar a una de esas bandas, arrojaron al muerto en la tumba de Eliseo y se fueron. Y apenas el muerto tocó los huesos de Eliseo, revivió y se puso de pie. Victoria de Joás sobre los arameos 22 Jazael, rey de Aram, había oprimido a Israel durante todo el tiempo de Joacaz. 23 Pero el Señor se apiadó de los israelitas y les tuvo compasión; se volvió hacia ellos a causa de su alianza con Abraham, Isaac y Jacob, y no quiso destruirlos: hasta entonces, él no los había arrojado lejos de su presencia. 24 Jazael, rey de Aram, murió, y su hijo Ben Hadad reinó en lugar de él. 25 Entonces Joás, hijo de Joacaz, recuperó del poder de Ben Hadad, hijo de Jazael, las ciudades que Jazael había arrebatado con las armas a su padre Joacaz. Joás lo derrotó tres veces, y así recuperó las ciudades de Israel.

1° Lectura. 1° Corintios 16

Capítulo 16

En cuanto a la colecta en beneficio de los santos de Jerusalén, sigan las mismas instrucciones que di a las Iglesias de Galacia. 2 El primer día de la semana, cada uno de ustedes guarde en su casa lo que haya podido ahorrar, para que las donaciones no se recojan solamente a mi llegada. 3 Una vez allí, enviaré a los que ustedes hayan elegido, para que lleven a Jerusalén esas donaciones con una carta de recomendación. 4 Si conviene que yo también vaya, ellos viajarán conmigo. 5 Yo iré a verlos, después de atravesar Macedonia donde estaré de paso. 6 Tal vez me quede con ustedes algún tiempo, a lo mejor durante todo el invierno, a fin de que me ayuden a proseguir viaje hasta el lugar de mi destino. 7 Porque no quiero verlos sólo de paso, sino que espero quedarme algún tiempo entre ustedes, si el Señor lo permite. 8 Mientras tanto, permaneceré en Efeso hasta Pentecostés, 9 ya que se ha abierto una gran puerta para mi predicación, aunque los adversarios son numerosos. 10 Si llega antes Timoteo, procuren que permanezca entre ustedes sin ninguna clase de temor, porque él trabaja en la obra del Señor de la misma manera que yo. 11 Que nadie lo menosprecie. Ofrézcanle los medios necesarios para que se reúna conmigo, porque yo lo estoy esperando con los hermanos. 12 En cuanto a nuestro hermano Apolo, le insistí mucho para que fuera a visitarlos junto con los hermanos, pero él se negó rotundamente a hacerlo por ahora: irá cuando se le presente la ocasión. 13 Estén atentos, permanezcan firmes en la fe, compórtense varonilmente, sean fuertes. 14 Todo lo que hagan, háganlo con amor. 15 Una recomendación más, hermanos. Ustedes saben que Estéfanas y su familia –los primeros que abrazaron la fe en Acaya– han decidido consagrase al servicio de los hermanos. 16 Por eso, les ruego que ustedes, a su vez, sean solícitos con ellos, y no sólo con ellos, sino con todos los que colaboran en sus trabajos y esfuerzos. 17 Yo me alegré con la visita de Estéfanas, de Fortunato y de Acaico. Ellos llenaron el vacío que ustedes habían dejado, 18 y han tranquilizado mi espíritu y el de ustedes. Sepan apreciarlos como corresponde. 19 Las iglesias de la provincia de Asia les envían saludos. También los saludan en el Señor, Aquila y Priscila, junto con los hermanos que se congregan en su casa. 20 Todos los hermanos les envían saludos. Salúdense los unos a los otros con el beso santo. 21 Este es mi saludo, de puño y letra: Pablo. 22 ¡Si alguien no ama al Señor, que sea maldito! «El Señor viene». 23 Que la gracia del Señor Jesús permanezca con ustedes. 24 Yo los amo a todos ustedes en Cristo Jesús.

Agosto 2014


AGOSTO 2014



1° CORINTIOS
2° REYES
MIQUEAS
SABIDURIA
1
16
¨
12 – 13
¨
3
¨



2° CORINTIOS
2° REYES
MIQUEAS
SABIDURIA
2
1 – 2:1-4
¨
14
¨
4
¨
6
¨
3
2:5-17 – 3
¨
15 – 16
¨
5
¨


4
4 – 5:1-10
¨
17
¨
6
¨
7
¨
5
5:11-21 – 6: 1-13
¨
18
¨
7
¨



2° CORINTIOS
2° REYES
NAHÚM
SABIDURIA
6
6:14-18 – 7
¨
19
¨
1
¨
8
¨
7
8
¨
20 – 21
¨
2
¨


8
9
¨
22 – 23 
¨
3
¨
9
¨

2° CORINTIOS
2° REYES
HABACUC
SABIDURIA
9
10
¨
24
¨
1
¨


10
11
¨
25
¨
2
¨
10
¨

2° CORINTIOS

1° CRÓNICAS
HABACUC
SABIDURIA
11
12
¨
1 – 2
¨
3
¨



2° CORINTIOS
1° CRÓNICAS
SOFONÍAS
SABIDURIA
12
13
¨
3 – 4
¨
1
¨
11
¨

JUAN

1° CRÓNICAS
SOFONÍAS
SABIDURIA
13
1:1-18
¨
5 – 6 
¨
2
¨


14
1:19-34
¨
7 – 8
¨
3
¨
12
¨

JUAN
1° CRÓNICAS
HAGEO
SABIDURIA
15
1:35-51
¨
9
¨
1 – 2
¨



JUAN
1° CRÓNICAS
ZACARÍAS
SABIDURIA
16
2
¨
10 – 11
¨
1
¨
13
¨
17
3:1-21
¨
12
¨
2
¨


18
3:22-36
¨
13 – 14
¨
3
¨
14
¨
19
4:1-26
¨
15
¨
4
¨


20
4:27-42
¨
16
¨
5
¨
15
¨
21
4:43-54
¨
17
¨
6
¨


22
5:1-18
¨
18 – 19 
¨
7
¨
16
¨
23
5:19-47
¨
20 – 21
¨
8
¨


24
6:1-24
¨
22 – 23
¨
9
¨
17
¨
25
6:25-59
¨
24
¨
10
¨


26
6:60-71
¨
25 – 26
¨
11
¨
18
¨
27
7:1-24
¨
27 – 28
¨
12
¨


28
7:25-52
¨
29
¨
13
¨
19
¨

JUAN
2° CRONICAS
ZACARÍAS
ECLESIASTICO
29
8:1-20
¨
1 – 2
¨
14
¨



JUAN
2° CRONICAS
MALAQUÍAS
ECLESIASTICO
30
8:21-47
¨
3 – 4
¨
1
¨
1
¨
31
8:48-59
¨
5
¨
2
¨