sábado, 22 de febrero de 2014

3° Lectura 22/02/2014 PROVERBIOS 12




1 El que ama la corrección, ama la ciencia, y el que detesta la reprensión se embrutece.
2 El hombre de bien obtiene el favor del Señor, pero el Señor condena al malicioso.
3 Nadie se afianza por medio de la maldad, pero la raíz de los justos será inconmovible.
4 Una mujer perfecta es la corona de su marido, la desvergonzada es como caries en sus huesos.
5 Los proyectos de los justos son rectos, las maquinaciones de los malvados no son más que engaño.
6 Las palabras de los malvados son emboscadas sangrientas, pero a los hombres rectos los libra su propia boca.
7 Apenas derribados, los malvados no existen más, pero la casa de los justos se mantiene en pie.
8 A un hombre se lo alaba por su buen juicio, pero el de corazón falso cae en la ignominia.
9 Más vale hombre sencillo que se basta a sí mismo, que jactancioso al que le falta el pan.
10 El justo provee a las necesidades de su ganado, pero las entrañas de los malvados son crueles.
11 El que cultiva su tierra se saciará de pan, pero el que persigue quimeras es un insensato.
12 El malvado codicia la presa de los impíos, pero la raíz de los justos está bien afianzada.
13 En el pecado de los labios hay una trampa funesta, pero el justo escapa del peligro.
14 El hombre se sacia con el fruto de sus palabras, y cada uno recibe el salario de su trabajo.
15 Al necio le parece que su camino es recto, pero el sabio escucha un consejo.
16 El necio manifiesta en seguida su disgusto pero el hombre prudente disimula una afrenta.
17 El que dice la verdad declara lo que es justo, pero el testigo falso es un impostor.
18 El charlatán corta como una espada, pero la lengua de los sabios es un remedio.
19 Los labios veraces permanecen para siempre, pero la lengua mentirosa, sólo por un instante.
20 Hay engaño en el corazón de los que traman el mal, y alegría para los que dan consejos saludables.
21 Al justo no le pasará nada malo, pero los malvados están llenos de desgracias.
22 Los labios mentirosos son abominables para el Señor, pero los que practican la verdad gozan de su favor.
23 El hombre prudente disimula lo que sabe, pero el corazón de los necios proclama su insensatez.
24 La mano laboriosa dominará, la indolente pagará tributo.
25 La inquietud deprime el corazón del hombre, pero una buena palabra lo reconforta.
26 El justo aventaja a los demás, pero a los malvados los extravía su conducta.
27 El indolente no tiene presa de caza para asar, y el bien más preciado es un hombre laborioso.
28 En el sendero de la justicia está la vida, y el camino que ella sigue no lleva a la muerte.

2° Lectura 22/02/2014 ÉXODO 25-27




CAPÍTULO 25

Las contribuciones para la construcción del santuario
1 El Señor dijo a Moisés:
2 Ordena a los israelitas que me preparen una ofrenda. Después ustedes la recibirán de todos aquellos que vengan a traerla voluntariamente.
3 Las ofrendas que recogerán son estas: oro, plata y bronce;
4 púrpura violeta, púrpura escarlata y carmesí; lino fino y pelo de cabra;
5 cueros de carnero teñidos de rojo, pieles finas y madera de acacia;
6 aceite para las lámparas, perfumes para el óleo de la unción y para el incienso aromático;
7 piedras de ónix y piedras de engaste para el efod y el pectoral.
8 Con todo esto me harán un Santuario y yo habitaré en medio de ellos.
9 En la construcción de la Morada y de todo su mobiliario te ajustarás exactamente a los modelos que yo te mostraré.

El Arca
10 Tú harás un arca de madera de acacia, que deberá tener ciento veinticinco centímetros de largo por setenta y cinco de ancho y setenta y cinco de alto.
11 La recubrirás de oro puro por dentro y por fuera, y pondrás alrededor de ella, en la parte de arriba, una moldura de oro.

12 También le harás cuatro argollas de oro fundido y se las colocarás en los cuatro extremos inferiores, dos de un lado y dos del otro.
13 Asimismo, harás unas andas de madera de acacia, las revestirás de oro,
14 y las harás pasar por las argollas que están a los costados del arca, para poder transportarla.
15 Las andas estarán fijas en las argollas y no serán quitadas.
16 En el arca pondrás las tablas del Testimonio que yo te daré.

La Tapa del Arca y los Queribines
17 También harás una tapa de oro puro, de ciento veinticinco centímetros de largo por setenta y cinco de ancho,
18 y en sus dos extremos forjarás a martillo dos querubines de oro macizo.
19 El primer querubín estará en un extremo y el segundo en el otro, y los harás de tal manera que formen una sola pieza con la tapa.
20 Ellos tendrán las alas extendidas hacia arriba, cubriendo con ellas la tapa; y estarán uno frente a otro, con sus rostros vueltos hacia ella.
21 Después colocarás la tapa sobre la parte superior del arca, y en ella pondrás las tablas del Testimonio que yo te daré.
22 Allí me encontraré contigo, y desde allí desde el espacio que está en medio de los dos querubines, yo te comunicaré mis órdenes para que se las transmitas a los israelitas.
La mesa de los panes de la ofrenda
23 Tú harás, además, una mesa de madera de acacia, de un metro de largo por medio metro de ancho y setenta y cinco centímetros de alto.
24 La recubrirás de oro fino y le colocarás alrededor una moldura de oro.
25 Luego le pondrás un borde de un palmo de ancho, y adornarás todo el borde con una guirnalda de oro.
26 Después harás cuatro argollas de oro, y las ajustarás a los cuatro ángulos que forman las cuatro patas de la mesa.
27 Las argollas estarán bien cerca del borde, a fin de que sirvan de sostén a las andas que se usarán para transportar la mesa.
28 Harás las andas de madera de acacia y las recubrirás de oro; ellas servirán para transportar la mesa.
29 También harás fuentes, vasos, jarras y tazas de oro puro para las libaciones.
30 Y sobre la mesa pondrás los panes de la ofrenda, que estarán siempre ante mí.
El candelabro
31 Harás, asimismo, un candelabro de oro puro. Tanto la base y el tronco del candelabro como los cálices, los botones y las flores que le servirán de adorno, serán forjados a martillo y formarán una sola pieza.
32 De sus lados saldrán seis brazos: tres de un lado y tres d el otro.
33 Cada uno de estos brazos tendrán tres adornos en forma de flor de almendro, los tres con un cáliz, un botón y una flor.
34 El tranco del candelabro, en cambio, tendrá cuatro adornos de esa misma forma, distribuidos de esta manera:
35 un botón irá debajo de los dos primeros brazos que salen de él, el otro estará debajo de los dos siguientes, y un tercero, debajo de los dos últimos.
36 Los botones y las flores formarán una sola pieza con el candelabro, y todo estará hecho con un solo bloque de oro puro, forjado a martillo.
37 Después harás siete lámparas y las dispondrás de manera que envíen la luz hacia adelante.
38 Las tenazas para arreglar los pabilos y sus platillos serán de oro puro.
39 Para hacer el candelabro y todos estos utensilios se empleará un talento de oro puro.
40 Y ten cuidado de hacerlo conforme al modelo que te fue mostrado en la Montaña.

CAPÍTULO 26

La Morada
1 Para la construcción de la Morada emplearás diez cortinados de lino fino reforzado, de púrpura violeta, púrpura roja y carmesí, con figuras de querubines diseñadas artísticamente.
2 Cada cortinado tendrá catorce metros de largo por dos de ancho. Todos serán de las mismas dimensiones,
3 y estarán unidos entre sí en dos grupos de cinco cortinados cada uno.
4 Además, en el borde del último cortinado de la primera serie, pondrás unas presillas de púrpura violeta, y lo mismo harás en el borde del que está en el extremo de la segunda serie.
5 Pondrás cincuenta presillas en uno y cincuenta en otro, de tal manera que las presillas se correspondan unas con otras.
6 Después harás cincuenta ganchos de oro, y con ellos unirás los cortinados entre sí, a fin de que la Morada forme un todo.
7 También harás once toldos de pelo de cabra, para cubrir la Morada, a manera de carpa.
8 Cada uno de estos toldos medirá quince metros de largo por dos de ancho: todos tendrán las mismas dimensiones.
9 Luego unirás separadamente cinco de estos toldos en una parte y seis en la otra, y doblarás el sexto toldo sobre el frente de la carpa.
10 Después pondrás cincuenta presillas en el borde del toldo que cierra el primer conjunto, y otras cincuenta en el borde del que cierra el segundo conjunto.
11 Además, harás cincuenta ganchos de bronce y los introducirás en las presillas» así unirás la carpa, de manera que forme un todo.
12 En cuanto a la parte sobrante de los toldos, la mitad colgará en la parte posterior de la Morada;
13 y los cincuenta centímetros que sobran a lo largo de cada lado, colgarán sobre sus dos costados para cubrirla.
14 Además, tendrás que hacer para la Morada un toldo de pieles de carnero teñido de rojo, y encima de ella otro toldo de cueros finos.
La armazón de la Morada
15 También harás para la Morada unos bastidores de madera de acacia, dispuestos verticalmente.
16 Cada bastidor medirá cinco metros de largo por setenta y cinco centímetros de ancho,
17 y tendrá dos espigones ensamblados uno con el otro. Así armarás todos los bastidores de la Morada.
18 Harás veinte de estos bastidores para el lado sur, el que da hacia el Négueb,
19 y cuarenta bases de plata para sostenerlos, o sea, dos bases debajo de cada bastidor, uno para cada espigón.
20 Para el otro lado de la Morada, la parte que da hacia el norte, harás también veinte bastidores
21 con sus cuarenta bases de plata;
22 y para el fondo de la Morada, hacia el oeste, harás seis bastidores,
23 más otros dos para los ángulos de la parte posterior,
24 que estarán unidos, de abajo hacia arriba, hasta la altura de la primera argolla. Así se hará con los dos bastidores destinados a los dos ángulos.
25 Allí habrá entonces ocho bastidores con sus dieciséis bases de plata, dos debajo de cada bastidor.
26 Además, harás cinco travesaños de madera de acacia para mantener alineados los bastidores que están a un lado de la Morada,
27 cinco travesaños para los bastidores del otro costado, y otros cinco para los de la parte posterior, la que da hacia el oeste.
28 El travesaño central deberá pasar a media altura de los bastidores, de un extremo a otro.
29 Luego recubrirás de oro los bastidores, forjarás unas argollas de oro para pasar por ellas los travesaños, y a estos últimos también los recubrirás de oro.
30 Para la construcción de la Morada tendrás presentes todas las normas que te fueron dadas en la Montaña.
El velo del Santuario
31 Harás, asimismo, un velo de púrpura violeta y escarlata, de carmesí y de lino fino reforzado, con figuras de querubines diseñadas artísticamente.
32 lo colgarás de cuatro columnas de madera de acacia revestidas de oro, que estarán provistas de unos ganchos del mismo metal y sostenidas por cuatro bases de plata.
33 Pondrás el velo debajo de los ganchos, y detrás de él colocarás el Arca del Testimonio. Así el velo marcará la división entre el Santo y el Santo de los Santos.
34 También colocarás la tapa sobre el Arca del Testimonio, en el Santo de los Santos.
35 Fuera del velo, pondrás la mesa, y frente a ella, en el lado sur de la Moneda, el candelabro. Así la mesa quedará situada sobre el lado norte.
La cortina de entreda
36 Para la entrada de la carpa harás una cortina de púrpura violeta y escarlata, de carmesí y de lino fino reforzado, todo esto recamado artísticamente.
37 Y para sostener la cortina harás cinco columnas de madera de acacia revestidas de oro; sus ganchos también serán de oro, y las apoyarás sobre bases de bronce fundido.

CAPÍTULO 27

El altar de los holocaustos
1 Luego harás el altar de madera de acacia; medirá dos metros y medio de largo por dos metros y medio de ancho –es decir, será cuadrado– y tendrá un metro y medio de alto.
2 En sus cuatro ángulos, y formando una sola pieza con él, le harás unos cuernos. Después lo revestirás de bronce.
3 Le harás recipientes para recoger las cenizas, y también palas, aspersorios, tenedores y braseros. Todos estos utensilios serán de bronce.
4 También le harás un enrejado de bronce en forma de red, y en los cuatro extremos de la red deberás ajustar otras tantas argollas de bronce.
5 Luego pondrás el enrejado debajo de la parte saliente del altar, de manera que la red llegue desde abajo hasta la mitad del altar.
6 Le harás, asimismo, unas andas de madera de acacia revestidas de bronce.
7 Y cuando haya que transportar el altar, las andas se pasarán por las argollas que están a ambos lados de él.
8 Harás el altar de tablas, hueco por dentro, y en su ejecución te ajustarás al modelo que te fue mostrado en la Montaña.
El atrio de la Morada
9 También harás el atrio de la Morada. Por el lado sur, en dirección al Négueb, el atrio tendrá unas cortinas de lino fino reforzado, dispuestas a lo largo de cincuenta metros.
10 Sus veinte columnas se apoyarán sobre veinte bases de bronce, y estarán provistas de ganchos y varillas de plata.
11 A lo largo del lado norte, las cortinas tendrán igualmente una longitud de cincuenta metros, y estarán sostenidas por veinte columnas apoyadas sobre veinte bases de bronce, y provistas de ganchos y varillas de plata.
12 A lo ancho del atrio, por el lado oeste, habrá veinticinco metros de cortinas, con diez columnas y sus respectivas bases.
13 Y sobre el lado este, hacia el oriente, el ancho del atrio medirá veinticinco metros.
14 Las cortinas colocadas a un lado de la entrada medirán siete metros y medio de longitud, y allí habrá tres columnas y tres bases.
15 Las del otro lado tendrán las mismas medidas, también con tres columnas y sus respectivas bases.
El cortinado para la entrada del atrio
16 Un cortinado de diez metros de largo, hecho de púrpura violeta y escarlata, de carmesí y lino fino reforzado, recamado artísticamente, hará las veces de puerta. Este cortinado colgará de cuatro columnas apoyadas sobre cuatro bases.
17 Todas las columnas que rodean el atrio estarán unidas por varillas de plata; sus ganchos serán de plata y sus bases de bronce.
18 El atrio tendrá cincuenta metros de largo, por veinticinco de ancho y dos y medio de alto. Todas sus cortinas serán de lino fino reforzado y sus bases de bronce.
19 Los utensilios para el servicio litúrgico de la Morada, lo mismo que sus estacas y las del atrio serán también de bronce.
El aceite para el candelabro
20 Ordenarás a los israelitas que te traigan aceite puro de oliva molida para el candelero, a fin de alimentar constantemente una lámpara.

21 Aarón y sus hijos lo deberán preparar en la Carpa del Encuentro, fuera del velo que está delante del Arca del Testimonio, para que arda en la presencia del Señor, desde la tarde hasta la mañana. Este es un decreto irrevocable para todas las generaciones israelitas.

1° Lectura 22/02/2014 San Mateo 4



1 Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el demonio.
2 Después de ayunar cuarenta días con sus cuarenta noches, sintió hambre.
3 Y el tentador, acercándose, le dijo: «Si tú eres Hijo de Dios, manda que estas piedras se conviertan en panes».
4 Jesús le respondió: «Está escrito: "El hombre no vive solamente de pan, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios"».
5 Luego el demonio llevó a Jesús a la Ciudad santa y lo puso en la parte más alta del Templo,
6 diciéndole: «Si tú eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: "Dios dará órdenes a sus ángeles, y ellos te llevarán en sus manos para que tu pie no tropiece con ninguna piedra"».
7 Jesús le respondió: «También está escrito: "No tentarás al Señor, tu Dios"».
8 El demonio lo llevó luego a una montaña muy alta; desde allí le hizo ver todos los reinos del mundo con todo su esplendor,
9 y le dijo: «Te daré todo esto, si te postras para adorarme».
10 Jesús le respondió: «Retírate, Satanás, porque está escrito: "Adorarás al Señor, tu Dios, y a él solo rendirás culto"».
11 Entonces el demonio lo dejó, y unos ángeles se acercaron para servirlo.
12 Cuando Jesús se enteró de que Juan había sido arrestado, se retiró a Galilea.
13 Y, dejando Nazaret, se estableció en Cafarnaúm, a orillas del lago, en los confines de Zabulón y Neftalí,
14 para que se cumpliera lo que había sido anunciado por el profeta Isaías:
15 "¡Tierra de Zabulón, tierra de Neftalí, camino del mar, país de la Transjordania, Galilea de las naciones!
16 El pueblo que se hallaba en tinieblas vio una gran luz; sobre los que vivían en las oscuras regiones de la muerte, se levantó una luz."
17 A partir de ese momento, Jesús comenzó a proclamar: «Conviértanse, porque el Reino de los Cielos está cerca».
18 Mientras caminaba a orillas del mar de Galilea, Jesús vio a dos hermanos: a Simón, llamado Pedro, y a su hermano Andrés, que echaban las redes al mar porque eran pescadores.
19 Entonces les dijo: «Síganme, y yo los haré pescadores de hombres».
20 Inmediatamente, ellos dejaron las redes y lo siguieron.
21 Continuando su camino, vio a otros dos hermanos: a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca de Zebedeo, su padre, arreglando las redes; y Jesús los llamó.
22 Inmediatamente, ellos dejaron la barca y a su padre, y lo siguieron.
23 Jesús recorría toda la Galilea, enseñando en las sinagogas, proclamando la Buena Noticia del reino y curando todas las enfermedades y dolencias de la gente.
24 Su fama se extendió por toda la Siria, y le llevaban a todos los enfermos, afligidos por diversas enfermedades y sufrimientos: endemoniados, epilépticos y paralíticos, y él los curaba.


25 Lo seguían grandes multitudes que llegaban a Galilea, de la Decápolis, de Jerusalén, de Judea y de la Transjordania.

Lecturas del 22 de Febrero