viernes, 18 de abril de 2014

3° Lectura. Job 18

Capítulo 18
Bildad de Súaj respondió, diciendo: 2 ¿Hasta cuándo nos impedirás hablar? Reflexiona, y luego hablaremos. 3 ¿Por qué seremos tenidos por animales y pasaremos por torpes ante tus ojos? 4 Tú, que te desgarras en tu enojo: ¿acaso la tierra quedará desierta por tu causa o la roca será removida de su sitio? 5 Sí, la luz del malvado se extingue y la llama de su fuego no brilla más. 6 La luz se oscurece en su carpa y su lámpara se apaga sobre él. 7 Se acortan sus pasos vigorosos, su propio designio lo hace tropezar. 8 Porque sus pies lo meten en una trampa y va caminando entre redes: 9 un lazo le aprisiona el talón y un cepo se cierra sobre él. 10 Lo espera una cuerda oculta en el suelo y una trampa tendida sobre el camino. 11 Lo asaltan terrores por todas partes y lo amenazan a cada paso. 12 Su vigor se convierte en hambre y la ruina permanece a su lado; 13 la enfermedad corroe su piel, el Primogénito de la Muerte devora sus miembros. 14 Lo arrancan de la seguridad de su carpa y lo llevan ante el Rey de los terrores. 15 El fuego se instala en su carpa y se esparce azufre sobre su morada. 16 Por debajo se secan sus raíces y por arriba se marchita su ramaje. 17 Su recuerdo desaparece de la tierra y se borra su nombre en la región. 18 Lo arrojan de la luz a las tinieblas y lo arrastran fuera del mundo. 19 No tiene estirpe ni posteridad en su pueblo, no quedan sobrevivientes donde él habitaba. 20 El Occidente se estremece por su destino y el Oriente es presa del horror. 21 Sí, tales son las moradas del injusto, este es el lugar del que no conoce a Dios.

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