miércoles, 5 de marzo de 2014

2° Lectura Levítico 9-10


Capítulo 9: Levítico 9
Los primeros sacrificios de Israel

9 1 Al octavo día, Moisés llamó a Aarón y a sus hijos, y a los ancianos de Israel, 2 y dijo a Aarón: "Toma un ternero para un sacrificio por el pecado, y un carnero para un holocausto, ambos sin ningún defecto, y preséntalos delante del Señor.

3 Después di a los israelitas: ‘Tomen un chivo para ofrecerlo como sacrificio por el pecado; un ternero y un cordero, de un año y sin defecto, para un holocausto; 4 y traigan también un toro y un carnero para inmolarlos delante del Señor, en sacrificio de comunión. Además de esto, preparen una oblación amasada con aceite. Porque hoy el Señor se manifestará a ustedes’".

5 Ellos pusieron frente a la Carpa del Encuentro todo lo que Moisés les había ordenado, y la comunidad en pleno se acercó y permaneció de pie delante del Señor.

6 Entonces Moisés dijo: "El Señor les ordena hacer estas cosas, para que su gloria se manifieste a ustedes".

7 Después dijo a Aarón: "Acércate al altar, ofrece tu sacrificio por el pecado y tu holocausto, y realiza así el rito de expiación por ti y por tu familia; presenta también la ofrenda del pueblo, y practica el rito de expiación en favor de ellos, como el Señor lo ha ordenado".

8 Aarón se acercó al altar e inmoló el ternero del sacrificio por su propio pecado.

9 Sus hijos le presentaron la sangre de la víctima, y él, mojando su dedo, puso un poco de sangre sobre los cuernos del altar y derramó el resto sobre la base del mismo.

10 Luego hizo arder sobre el altar la grasa, los riñones y la protuberancia del hígado, extraídos de la víctima del sacrificio por el pecado, como el Señor lo había ordenado a Moisés.

11 La carne y el cuero, en cambio, los quemó fuera del campamento.

12 En seguida inmoló la víctima del holocausto, y sus hijos le presentaron la sangre, con la que él roció todos los costados del altar.

13 Luego le trajeron la víctima cortada en pedazos, juntamente con la cabeza, y él los hizo arder sobre el altar.

14 Después de lavar las entrañas y las patas, también las hizo arder sobre el altar junto con el holocausto.

15 Luego presentó la ofrenda del pueblo: tomó el chivo del sacrificio por el pecado del pueblo, lo inmoló y lo ofreció como había hecho con el anterior.

16 Ofreció el holocausto conforme al ritual, 17 y presentó la oblación, de la cual extrajo un puñado, que hizo arder sobre el altar, junto con el holocausto de la mañana.

18 También inmoló el toro y el carnero del sacrifico de comunión ofrecido por el pueblo. Sus hijos le trajeron la sangre, y con ella roció todos los costados del altar.

19 Todas las partes grasosas del toro y del carnero –la cola, la grasa que recubre las entrañas, los riñones y la protuberancia del hígado– 20 fueron depositadas sobre los pechos de las víctimas. Aarón hizo arder las partes grasosas sobre el altar, 21 mientras que con el pecho y la pata derecha de los animales, hizo el gesto de presentación delante del Señor, como Moisés lo había ordenado.

22 Finalmente, Aarón extendió sus manos hacia el pueblo y lo bendijo.

Capítulo 10: Levítico 10
El castigo de Nadab y Abihú

10 1 Nadab y Abihú, hijos de Aarón, tomaron cada uno su incensario, pusieron fuego en ellos y echaron incienso encima; pero el fuego que presentaron delante del Señor era un fuego profano, contrariamente a lo que él les había mandado.

2 Entonces salió de la presencia del Señor un fuego que los devoró, y ambos murieron delante del Señor.

3 Moisés dijo a Aarón: "Así se cumple la palabra del Señor:
Manifestaré mi santidad en aquellos que se acercan a mí, y a la vista de todo el pueblo seré glorificado." Aarón, por su parte, permaneció en silencio.

El retiro de los cadáveres

4 Moisés llamó a Misael y a Elsafán –hijos de Oziel, el tío paterno de Aarón– y les dijo: "Vengan a retirar a sus hermanos de la entrada del Santuario, y llévenlos fuera del campamento".

5 Ellos se acercaron y los llevaron en sus túnicas fuera del campamento, como Moisés lo había ordenado.

6 Luego Moisés dijo a Aarón y a los otros hijos de este, Eleazar e Itamar: "No vayan con los cabellos sueltos ni desgarren sus vestiduras, porque de lo contrario morirán y el Señor se irritará contra toda la comunidad. Que sus hermanos y toda la familia de Israel lloren más bien por el fuego que ha encendido el Señor.

7 Y no se alejen de la entrada de la Carpa del Encuentro, para que no mueran, porque el óleo de la unción del Señor está sobre ustedes". Ellos hicieron lo que Moisés les dijo.

La prohibición de bebidas alcohólicas

8 Entonces el Señor dijo a Aarón:

9 Cuando tengan que entrar en la Carpa del Encuentro, ni tú ni tus hijos beberán vino o cualquier otra bebida que pueda embriagar, porque de lo contrario morirán: este es un decreto válido para siempre, a lo largo de las generaciones.

10 Así ustedes podrán discernir lo sagrado de lo profano y lo puro de lo impuro, 11 y enseñar a los israelitas todos los preceptos que el Señor les ha dado por intermedio de Moisés.

Los derechos de los sacerdotes

12 Moisés dijo a Aarón y a Eleazar e Itamar, los hijos que le habían quedado: "Tomen la oblación que sobre de las ofrendas que se queman para el Señor, y cómanla junto al altar, sin hacerla fermentar, porque es una cosa santísima.

13 La comerán en el recinto sagrado, porque esa es la porción de las ofrendas que se queman para el Señor, sobre la que tienen derecho tú y tus hijos, conforme a la orden que recibí.

14 Tú, lo mismo que tus hijos y tus hijas, comerán en un lugar puro el pecho presentado al Señor y la pata reservada, porque ese es tu derecho y el de tus hijos, sobre los sacrificios de comunión ofrecidos por los israelitas.

15 Además de las partes grasosas destinadas a la ofrenda que se quema para el Señor, ellos ofrecerán la pata y el pecho de la víctima, para realizar el gesto de presentación delante del Señor. Esas partes pertenecerán a ti y a tus hijos, como un derecho válido para siempre, porque el Señor así lo ha ordenado".

Disposición acerca del sacrificio por el pecado

16 Moisés preguntó entonces por el chivo del sacrificio por el pecado. Al enterarse de que ya había sido quemado, se irritó contra Eleazar e Itamar, los hijos de Aarón que habían sobrevivido, y exclamó:

17 "¿Por qué no comieron la víctima del sacrificio por el pecado en el recinto sagrado, ya que se trata de una cosa santísima, que el Señor les dio para borrar el pecado de la comunidad, practicando el rito de expiación en favor de ella, delante del Señor?

18 Supuesto que su sangre no fue llevada al interior del Santuario, tendrían que haberla comido en el recinto sagrado, como yo lo ordené".

19 Entonces Aarón respondió a Moisés: "Mis hijos presentaron hoy delante del Señor su sacrificio por el pecado y su holocausto, y a pesar de todo, tuve la desgracia de perderlos. Si yo hubiera comido hoy de la víctima del sacrificio por el pecado, ¿el Señor lo habría aprobado?".

20 Al oír esto, Moisés quedó satisfecho.

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