domingo, 30 de marzo de 2014

1° Lectura. Mateo 24:1-31

J
esús salió del Templo y, mientras iba caminando, sus discípulos se acercaron a él para hacerle notar las construcciones del mismo. 2 Pero él les dijo: «¿Ven todo esto? Les aseguro que no quedará aquí piedra sobre piedra: todo será destruido». 3 Cuando llegó al monte de los Olivos, Jesús se sentó y sus discípulos le preguntaron en privado: «¿Cuándo sucederá esto y cuál será la señal de tu Venida y del fin del mundo?». 4 El les respondió: «Tengan cuidado de que no los engañen, 5 porque muchos se presentarán en mi Nombre, diciendo: "Yo soy el Mesías", y engañarán a mucha gente. 6 Ustedes oirán hablar de guerras y de rumores de guerras; no se alarmen: todo esto debe suceder, pero todavía no será el fin. 7 En efecto, se levantará nación contra nación y reino contra reino. En muchas partes habrá hambre y terremotos. 8 Todo esto no será más que el comienzo de los dolores del parto. 9 Ustedes serán entregados a la tribulación y a la muerte, y serán odiados por todas las naciones a causa de mi Nombre. 10 Entonces muchos sucumbirán; se traicionarán y se odiarán los unos a los otros. 11 Aparecerá una multitud de falsos profetas, que engañarán a mucha gente. 
 12 Al aumentar la maldad se enfriará el amor de muchos, 13 pero el que persevere hasta el fin, se salvará. 14 Esta Buena Noticia del Reino será proclamada en el mundo entero como testimonio delante de todos los pueblos, y entonces llegará el fin. 15 Cuando vean en el Lugar santo la Abominación de la desolación, de la que habló el profeta Daniel –el que lea esto, entiéndalo bien– 16 los que estén en Judea, que se refugien en las montañas; 17 el que esté en la azotea de su casa, no baje a buscar sus cosas; 18 y el que esté en el campo, que no vuelva a buscar su manto. 19 ¡Ay de las mujeres que estén embarazadas o tengas niños de pecho en aquellos días! 20 Rueguen para que no tengan que huir en invierno o en día sábado. 21 Porque habrá entonces una gran tribulación, como no la hubo desde el comienzo del mundo hasta ahora, ni la habrá jamás. 22 Y si no fuera abreviado ese tiempo, nadie se salvaría; pero será abreviado, a causa de los elegidos. 23 Si alguien les dice entonces: «El Mesías está aquí o está allí», no lo crean. 24 Porque aparecerán falsos mesías y falsos profetas que harán milagros y prodigios asombrosos, capaces de engañar, si fuera posible, a los mismos elegidos. 25 Por eso los prevengo. 26 Si les dicen: "El Mesías está en el desierto", no vayan; o bien: "Está escondido en tal lugar", no lo crean. 27 Como el relámpago que sale del oriente y brilla hasta el occidente, así será la Venida del Hijo del hombre. 28 Donde esté el cadáver, se juntarán los buitres. 29 Inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, la luna dejará de brillar, las estrellas caerán del cielo y los astros se conmoverán. 30 Entonces aparecerá en el cielo la señal del Hijo del hombre. Todas las razas de la tierra se golpearán el pecho y verán al Hijo del hombre venir sobre las nubes del cielo, lleno de poder y de gloria. 31 Y él enviará a sus ángeles para que, al sonido de la trompeta, congreguen a sus elegidos de los cuatro puntos cardinales, de un extremo al otro del horizonte.


No hay comentarios:

Publicar un comentario