miércoles, 30 de abril de 2014

2° Lectura. Josué 20-21

Capítulo 20
Las ciudades de refugio
El Señor dijo a Josué: 2 «Habla en estos términos a los israelitas: Determinen cuáles serán las ciudades de refugio –esas de las que yo les hablé por medio de Moisés– 3 para que allí puedan encontrar asilo los homicidas que hayan matado a una persona sin premeditación e inadvertidamente. Así ustedes tendrán un refugio contra el vengador del homicidio. 4 El homicida huirá a una de estas ciudades, se detendrá a la entrada de la puerta, y expondrá su caso a los ancianos de la ciudad. Estos lo admitirán, y le asignarán un lugar para que habite con ellos. 5 Y si el vengador del homicidio lo persigue, no lo pondrán en sus manos, porque mató a su prójimo inadvertidamente, sin haberlo odiado antes. 6 Después de comparecer delante de la comunidad para ser juzgado, el homicida permanecerá en aquella ciudad hasta la muerte del Sumo Sacerdote que esté en funciones en aquellos días. Entonces podrá entrar de nuevo en la ciudad y en su casa, en la ciudad de donde había huido». 7 Con este fin, los israelitas consagraron las siguientes ciudades: Quedes, en Galilea, en la montaña de Neftalí; Siquem, en la montaña de Efraím; Quiriat Arba –o sea Hebrón– en la montaña de Judá. 8 Y al otro lado del Jordán, al este de Jericó, se designó a Béser –de la tribu de Rubén, que estaba situada en el desierto, sobre el altiplano– a Ramot de Galaad, de la tribu de Gad, y a Golán, situada en Basán y perteneciente a la tribu de Manasés. 9 Estas fueron las ciudades asignadas a todos los israelitas y a los extranjeros que residían en medio de ellos, para que todo el que matara sin premeditación a una persona pudiera refugiarse en ellas, y así no muriera en manos del vengador del homicidio, antes de comparecer delante de la comunidad.


Capítulo 21
Las ciudades levíticas

Los jefes de familia de los levitas se acercaron al sacerdote Eleazar, a Josué, hijo de Nun, y a los jefes de familia de las tribus israelitas, 2 que estaban en Silo, en le país de Canaán, y les dijeron: «El Señor ordenó por medio de Moisés que se nos asignaran algunas ciudades, a fin de que residiéramos en ellas, y también sus campos de pastoreo para nuestros ganados». 3 Entonces los israelitas, conforme a la orden del Señor, dieron a los levitas las siguientes ciudades con sus campos de pastoreo, tomándolas de sus propias posesiones. 4 Se hizo el sorteo para los clanes de los quehatitas; y a los levitas descendientes de Aarón, el sacerdote, les tocaron en suerte trece ciudades de las tribus de Judá, de Simeón y de Benjamín; 5 a los clanes de los otros quehatitas les tocaron en suerte diez ciudades de las tribus de Efraím, de Dan y de la mitad de Manasés. 6 A los clanes de los gersonitas les tocaron en suerte trece ciudades de las tribus de Isacar, de Aser, de Neftalí y de la mitad de Manasés, en Basán. 7 Y a los clanes de los meraritas les tocaron en suerte doce ciudades de las tribus de Rubén, de Gad y de Zabulón. 8 Así los israelitas dieron a los levitas, mediante un sorteo, esas ciudades con sus campos de pastoreo, como el Señor lo había ordenado por medio de Moisés. Las ciudades de los quehatitas 9 Ellos les entregaron las ciudades de la tribu de Judá y de la tribu de Simeón que se nombran más adelante. 10 Y como la primera suerte les tocó a los levitas que pertenecían a los clanes de los quehatitas y eran descendientes de Aarón, 11 a ellos les dieron Quiriat Arbá –la ciudad de Arba, el padre de Anac, o sea, Hebrón– en la montaña de Judá, con los campos de pastoreo que tenía a su alrededor. 12 Los campos de cultivo y los poblados próximos a la ciudad, en cambio, ya habían sido dados a Caleb, hijo de Iefuné. 13 Y Además de Hebrón –que era una ciudad de refugio para los homicidas– los israelitas dieron a los descendientes del sacerdote Aarón las ciudades de Libná, 14 Iatir, Estemoa, 15 Jolón, Debir, 16 Ain, Iutá y Bet Semes, cada una con su respectivo campo de pastoreo: nueve ciudades de aquellas dos tribus. 17 De la tribu de Benjamín les dieron Gabaón, Gueba, 18 Anatot y Almón, todas con sus campos de pastoreo: cuatro ciudades. 19 Trece ciudades y sus campos de pastoreo era el total de las ciudades pertenecientes a los sacerdotes hijos de Aarón. 20 A los clanes de los otros levitas descendientes de Quehat les tocaron en suerte ciudades de la tribu de Efraím. 21 A ellos les dieron Siquem, en la montaña de Efraím –la ciudad de refugio para los homicidas– con sus correspondientes campos de pastoreo, y también Guézer, 22 Quibsaim, Bet Jorón, cada una con sus campos de pastoreo: cuatro ciudades. 23 De la tribu de Dan les dieron Eltequé, Guibetón, 24 Aialón, Gat Rimón, cada una con sus campos de pastoreo: cuatro ciudades. 25 De la mitad de la tribu de Manasés les dieron Taanac e Ibleam, cada una con sus campos de pastoreo: dos ciudades. 26 Eran en total diez ciudades, con sus campos de pastoreo, para los restantes clanes de los quehatitas. Las ciudades de los gersonitas 27 A los clanes levíticos de los gersonitas les dieron: de la mitad de la tribu de Manasés, Golán en Basán –la ciudad de refugio para los homicidas– y también Astarot, cada una con sus campos de pastoreo: cuatro ciudades. 28 De la tribu de Isacar les dieron Quisión, Daberat, 29 Iarmut y En Ganím, cada una con sus campos de pastoreo: cuatro ciudades. 30 De la tribu de Aser les dieron Misal, Abdón, 31 Jelcat y Rejob, cada una con sus campos de pastoreo: cuatro ciudades. 32 De la tribu de Neftalí les dieron Quedes en Galilea –la ciudad de refugio para los homicidas– Jamot Dor y Racat, cada una con sus campos de pastoreo: tres ciudades. 33 Las ciudades de los clanes de los gersonitas, con sus respectivos campos de pastoreo, eran trece en total. Las ciudades de los meraritas 34 El resto de los levitas, o sea, a los clanes de los meraritas les dieron: de la tribu de Zabulón, Iocneam, Cartá, 35 Rimón y Nahalal, cada una con sus campos de pastoreo: cuatro ciudades. 36 De la tribu de Rubén, al otro lado del Jordán les dieron Beser –la ciudad de refugio para los homicidas– que está situada en el desierto, sobre el altiplano, y además Iahás, 37 Quedemot y Mefaat, cada una con sus campos de pastoreo: cuatro ciudades. 38 De la tribu de Gad, les dieron Ramot de Galaad –la ciudad de refugio para los homicidas– y además, Majanaim, 39 Jesbón y Lázer, cada una con sus campos de pastoreo: cuatro ciudades. 40 En total, eran doce las ciudades asignadas mediante un sorteo al resto de los clanes levíticos, o sea, a los meraritas. 41 Por lo tanto, las ciudades levíticas en medio de las posesiones de los israelitas eran cuarenta y ocho en total, con sus campos de pastoreo. 42 Cada una de estas ciudades incluía, además de la ciudad, los campos de pastoreo que tenían a su alrededor. Lo mismo sucedía con todas las ciudades mencionadas. Conclusión general 43 Así el Señor entregó a Israel todo el territorio que había jurado dar a sus padres. Los israelitas tomaron posesión de él y lo habitaron. 44 El Señor les dio la paz en todas sus fronteras, como lo había jurado a sus padres, y ninguno de sus enemigos pudo resistirles, porque el Señor se los entregó a todos. 45 Ni una sola de las admirables promesas que el Señor había hecho a los israelitas cayó en el vacío: todas se cumplieron.

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