domingo, 16 de marzo de 2014

3° Lectura Eclesiastés 3:1-15


1 Hay un momento para todo y un tiempo para cada cosa bajo el sol:
2 un tiempo para nacer y un tiempo para morir, un tiempo para plantar y un tiempo para arrancar lo plantado;
3 un tiempo para matar y un tiempo para curar, un tiempo para demoler y un tiempo para edificar;
4 un tiempo para llorar y un tiempo para reír, un tiempo para lamentarse y un tiempo para bailar;
5 un tiempo para arrojar piedras y un tiempo para recogerlas, un tiempo para abrazarse y un tiempo para separarse;
6 un tiempo para buscar y un tiempo para perder, un tiempo para guardar y un tiempo para tirar;
7 un tiempo para rasgar y un tiempo para coser, un tiempo para callar y un tiempo para hablar;
8 un tiempo para amar y un tiempo para odiar, un tiempo de guerra y un tiempo de paz.
9 ¿Qué provecho obtiene el trabajador con su esfuerzo?
10 Yo vi la tarea que Dios impuso a los hombres para que se ocupen de ella.
11 El hizo todas las cosas apropiadas a su tiempo, pero también puso en el corazón del hombre el sentido del tiempo pasado y futuro, sin que el hombre pueda descubrir la obra que hace Dios desde el principio hasta el fin.
12 Yo comprendí que lo único bueno para el hombre es alegrarse y buscar el bienestar en la vida.
13 Después de todo, que un hombre coma y beba y goce del bienestar con su esfuerzo, eso es un don de Dios.
14 Yo reconocí que todo lo que hace Dios dura para siempre: no hay que añadirle ni quitarle nada, y Dios obra así para que se tenga temor en su presencia.
15 Lo que es, ya fue antes, lo que ha de ser, ya existió, y Dios va en busca de lo que es fugaz.

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