lunes, 24 de marzo de 2014

3° Lectura. Eclesiastés 11: 1-8

A
rroja tu pan sobre la superficie del agua y, a la larga, lo volverás a encontrar.
2 Da una parte a siete, y aun a ocho personas, porque ignoras qué calamidades pueden venir sobre la tierra.
3 Cuando las nubes se llenan, derraman lluvia sobre la tierra; y si un árbol cae hacia el sur o hacia el norte, queda en el mismo lugar donde cayó.]
4 El que mira el viento no siembra y el que mira las nubes no cosecha.
5 Así como ignoras cómo llega el aliento vital a los huesos en el seno de la mujer embarazada, así también ignoras la obra de Dios, que hace todas las cosas.



6 Siembra tu semilla por la mañana y no dejes que tu brazo descanse hasta la tarde, porque no sabes si es esto o aquello lo que va a prosperar, o si ambas cosas son igualmente buenas.
7 Dulce es la luz y es bueno para los ojos la luz del sol.
8 Si un hombre vive muchos años, que disfrute de todos ellos, pero recuerde que serán muchos los días sombríos y que todo lo que sucede es vanidad.


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