Entonces se reunió todo el ejército y subieron al monte Sión.
38 Cuando vieron el Santuario desolado, el altar profanado, las puertas completamente quemadas, las malezas crecidas en los atrios como en un bosque o en la montaña, y las salas destruidas,
39 rasgaron sus vestiduras, hicieron un gran duelo, se cubrieron la cabeza con ceniza
40 y cayeron con el rostro en tierra. Luego, a una señal dada por las trompetas, alzaron sus gritos al cielo.
41 Judas ordenó a unos hombres que combatieran a los que estaban en la Ciudadela hasta terminar la purificación del Santuario.
42 Después eligió sacerdotes irreprochables, fieles a la Ley,
43 que purificaron el Santuario y llevaron las piedras contaminadas a un lugar impuro.
44 Luego deliberaron sobre lo que debía hacerse con el altar de los holocaustos que había sido profanado.
45 Tuvieron la feliz idea de demolerlo para que no fuera un motivo de oprobio, ya que los paganos lo habían contaminado. Lo demolieron,
46 y depositaron sus piedras sobre la montaña del Templo, en un lugar conveniente, hasta que surgiera un profeta y resolviera lo que había que hacer con ellas.
47 Después recogieron piedras sin tallar, como lo prescribe la Ley, y erigieron un nuevo altar, igual que el anterior.
48 También repararon el Santuario y el interior del Templo, y consagraron los atrios.
49 Hicieron nuevos objetos sagrados y colocaron dentro del Templo el candelabro, el altar de los perfumes y la mesa.
50 Quemaron incienso sobre el altar, y encendieron las lámparas del candelabro que comenzaron a brillar en el Templo.
51 Además, pusieron los panes sobre la mesa, colgaron las cortinas y concluyeron la obra que habían emprendido.
52 El día veinticinco del noveno mes, llamado Quisleu, del año ciento cuarenta y ocho, se levantaron al despuntar el alba
53 y ofrecieron un sacrificio conforme a la Ley, sobre el nuevo altar de los holocaustos que habían erigido.
54 Este fue dedicado con cantos, cítaras, arpas y címbalos, justamente en el mismo mes y en el mismo día en que los paganos lo habían profanado.
55 Todo el pueblo cayó con el rostro en tierra y adoraron y bendijeron al Cielo que les había dado la victoria.
56 Durante ocho días celebraron la dedicación del altar, ofreciendo con alegría holocaustos y sacrificios de comunión y de acción de gracias.
57 Adornaron la fachada del Templo con coronas de oro y pequeños escudos, restauraron las entradas y las salas, y les pusieron puertas.
58 En todo el pueblo reinó una inmensa alegría, y así quedó borrado el ultraje infligido por los paganos.
59 Judas, de acuerdo con sus hermanos y con toda la asamblea de Israel, determinó que cada año, a su debido tiempo y durante ocho días a contar del veinticinco del mes de Quisleu, se celebrara con júbilo y regocijo el aniversario de la dedicación del altar.
60 En aquel tiempo, levantaron alrededor del monte Sión altas murallas y torres poderosas, para que los extranjeros no vinieran otra vez y lo pisotearan como lo habían hecho antes.
61 Además, Judas puso en él una guarnición para que lo defendiera, y fortificó a Betsur, a fin de que el pueblo tuviera una fortaleza frente a Idumea.
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