Bildad de Súaj replicó, diciendo:
2 Su dominio es soberano y temible: él hace reinar la paz en sus alturas.
3 ¿Se pueden contar sus legiones? ¿Sobre quién no se alza su luz?
4 ¿Cómo puede un hombre ser justo ante Dios o ser puro un hijo de mujer?
5 Si hasta la luna no tiene brillo ni las estrellas son puras a sus ojos,
6 ¡cuánto menos el hombre, ese gusano, el hijo del hombre, que es sólo una lombriz!
5 Bajo la tierra se retuercen las Sombras, las aguas y los que habitan en ellas.
6 El Abismo está desnudo ante él, y nada cubre a la Perdición.
7 El extiende el Norte sobre el vacío, suspende la tierra sobre la nada.
8 Encierra el agua en sus densos nubarrones, y las nubes no se rompen bajo su peso.
9 Oscurece la faz de la luna llena, desplegando sus nubes contra ella.
10 Trazó un círculo sobre la superficie de las aguas, en el límite mismo de la luz y las tinieblas.
11 Las columnas del cielo vacilan, presas de terror por su amenaza.
12 Con su fuerza, reprimió al Mar, con su inteligencia, quebrantó a Rahab.
13 Con su soplo, despejó los cielos, su mano traspasó a la Serpiente huidiza.
14 ¡Y esto no es más que un vestigio de su poder! ¡Qué eco tan débil percibimos de él! ¿Quién entenderá, entonces, su poderío atronador?
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